Seguimos andando… y evocando…

En este marco de belleza y naturaleza que nos rodea, en Sasaima, acompañadas diariamente (con raras excepciones) por la lluvia, seguimos andando y evocando en nuestro itinerario formativo.

A poco de iniciar, nos adentramos en la vida y experiencia vocacional de los Fundadores y en la propia de cada participante, profundizando el contexto histórico del S. XIX en el que Claret y París nacieron, crecieron y dieron su Si al llamado a la vida y a la vocación. Nuestro hermano Carlos Sánchez Miranda, cmf nos fue guiando por los vericuetos de la historia española y del contexto mundial, ayudándonos a comprender su  importancia en la configuración de la personalidad y decisiones que cada persona toma como hijo, hija de su tiempo, de su historia y cómo ello nos identifica de modo particular.

Las dificultades y peripecias de aquellos tiempos no impidieron que Antonio María y María Antonia escucharan la voz de Dios y comenzaran su camino de seguimiento de Jesús, al servicio de la Iglesia. Ellos nos enseñaron un modo particular de seguimiento, que fuimos redescubriendo en nuestras propias vidas porque su carisma, don de Dios, nos ha sido regalado a cada una, para que lo desarrollemos desde nuestra vocación personal. Este recorrido lo hemos realizado acompañadas de Priscilla Latela, rmi, quien orientó nuestra reflexión con profundo espíritu claretiano y cariño de hermana.

El despliegue apostólico de los Fundadores selló sus vidas. El amor a Cristo puesto en acción los lleva a Cuba, cuna de nuestros orígenes congregacionales. Lugar de fecundidad apostólica, de crecimiento y consolidación vocacional de los Fundadores. María Antonia, Fundadora, marcada por un profundo amor a la Iglesia; Antonio María, Obispo, fue un verdadero Misionero Apostólico, en cada lugar y paso que dio. Nos iluminan no sólo con su incansable dedicación “a la salvación de las almas”… sino también desde sus luchas y proceso, fortaleciendo su identidad, siguiendo al Maestro Interior y creciendo en la configuración con Cristo. Amilbia Penagos, rmi,  fue orientando este caminar con dinámicas, lecturas, diálogo, oración que motivan al encuentro consigo mismo en el hoy como buscadores de sentido y plenitud.

En medio de este proceso hicimos un alto y fuimos a Bogotá donde los padres claretianos Darío y Raúl, nos recibieron en la Basílica del Voto Nacional. Nos narraron la historia del templo como así también, la historia de los claretianos en Colombia, su fecundidad apostólica y la misión por la paz que desarrollan desde este templo dedicado al Corazón de Jesús, donde tantos colombianos acuden implorando la paz.

Nuestras hermanas de las comunidades de Bosa, casa de Mayores y Colegio, nos esperaban para almorzar (un rico asado) y seguidamente nos contaron cómo llegaron las claretianas a Colombia, el despliegue misionero de la provincia, sus pasos compartidos con Venezuela (hoy Provincia de Latinoamérica) de la internacionalidad de sus opciones misioneras y surgir vocacional, y sobre todo de la pasión por el anuncio del Evangelio que siempre marcó sus vidas al servicio del Reino. ¡Bendito sea Dios por tanta bondad!