Voluntariado en Perú – Testimonio que mueve
20 septiembre 2023Hola, me llamo Noemi Adrover Clar. Tengo 20 años y soy de Mallorca, España.
Durante un mes he tenido la oportunidad de poder ir de misiones a Perú, concretamente en Santa Faustina con la Congregación de Monjas Misioneras Claretianas.
Muchos os preguntaréis como tan joven he tenido la necesidad y la fuerza que esta misión requiere. Y porque en mis vacaciones, en vez de querer disfrutarlas en mi país, me voy a la otra punta de mundo… Pues cada vez lo tengo más claro.
Desde bien pequeña he querido ayudar a las personas que más lo necesitan, pero nunca hasta hace poco sabía porque realmente tenía este interés dentro de mí, hasta que pensando y pensando…
Descubrí que quería y quiero ayudar a niños para poder devolverle a la vida lo que he recibido. Cuando yo era una niña mis padres me adoptaron y desde el minuto cero hasta el día de hoy (y más) han dado su vida para que yo esté lo mejor posible. La etapa de la vida de 0-5 años es donde el cariño y el acompañamiento es esencial y aunque sólo sea por un mes, se consigue mucho, incluso más de lo que nosotros nos podemos imaginar.
Durante este mes me llevo en la mochila mucho más de lo que yo puedo haber dejado. De cada día me llevo algo, ya sea una sonrisa, un aprendizaje, momentos duros, pero siempre con ganas de vivir lo que pasará el día siguiente.
Para mí ha sido una experiencia única que sin ninguna duda repetiría, de hecho, no me iría. Tampoco os mentiré, hay días que son muy duros porque te pones en la piel de los niños, una cultura totalmente diferente a la mía, lejos de casa… Pero si lo pones en una balanza sin ninguna duda vale mucho la pena.
En cuanto a la acogida, ha sido muy agradable desde el minuto cero y me he sentido como en casa. Estela, Beatriz y Mirian que son las encargadas son muy muy atentas con el trabajo y se nota que lo hacen con mucho cariño y dedicación. No podría haber estado mejor acompañada.
Muchas gracias porque sin vosotras esta experiencia hubiera sido muy diferente.
Seguid luchando día a día que todo va a salir bien. Todo pasa por algo y cosas que parecen que no están saliendo como a uno le gustaría, muchas veces abren otras puertas.