Comparte Jolanta, Superiora General
4 abril 2020Intuyo los deseos de todas de estar al tanto y, por eso, pensé resumir lo que las hermanas nos comparten. Sé que los datos de hoy no son completos y además, pueden resultan muy pronto obsoletos, pero seguiremos comunicándonos.
Empezamos por el lejano Oriente… Las celebraciones de la Palabra ocupan el lugar central, al no poder participar en las Eucaristías. Tanto en Indonesia como Filipinas el número de afectados está subiendo cada vez más. Como en otros países de menos recursos de salud, se teme por los lugares más pobres, por tener menos facilidades para tratar a los infectados.
En África, en países en que ya de por sí, la vida es complicada, ahora a mayor razón. Las Iglesias y escuelas cerradas, quedan abiertos solo los pequeños mercados, con mucha gente para buscar la comida. Aunque el presidente de Congo haya dicho de no salir de casa, la gente sale porque no puede quedarse sin comer. Los precios han subido cuatro veces. Las personas con supuesto virus cuando son llevados al hospital, nadie les cuida. Por el aislamiento, es imposible imaginar en África el hospital sin el cuidado de la familia. Las hermanas que trabajan en el centro de la salud, tanto en Nigeria, como en Camerún y Congo, tienen extrema cautela. Algunas postulantes se han ido con su familia que vive cerca.
En Europa, las situaciones más fuertes por ahora, se dan en Italia y en España, con el mayor número de enfermos y muertos. El acompañamiento se hace más desafiante donde hay más hermanas mayores; pensemos sobre todo en las hermanas en Granada, Barcelona, Madrid, Zaragoza…
Algunas están en aislamiento dentro de las comunidades. Para las comunidades es una realidad muy fuerte sabiendo que ni siquiera las pruebas, ni visitas médicas, están disponibles para todos para verificar el diagnostico
Los centros educativos en los tres países están a todo ritmo con los programas online. Lo mismo los servicios de clases en otros centros. En la comunidad de Zaragoza las hermanas han podido realizar días de ejercicios en este espíritu de oración y comunión con los que sufren.
Desde Asia Sur, donde la mayor densidad de población, ante la grande confusión, nos comparten su confianza en Dios y que Él va a escuchar el clamor de los pobres. Las hermanas están siguiendo las noticias y pensando en los lugares más afectados.
En Latinoamérica y en Provincia Virgen de Guadalupe (seguramente próximamente nos podrán contar más detalles) por lo que comparten, siguen las directivas de confinamiento como en otras partes del mundo. Donde es posible llevar las clases online, se intenta llevarlas y los mismo lo hacen las que tiene el ministerio de impartirlas. Se han reforzado las comunicaciones y se anima a las hermanas a fortalecer la comunión desde las diferentes casas compartiendo buenas prácticas de solidaridad y de vivencia espiritual.
En la casa general de Roma, por razones de las reuniones de Consejo planificadas antes, todo el equipo general está presnete. Hemos podido realizar las reuniones y seguimos dedicando tiempo a trabajar online, y en comunicación con la Congregación.
El compartir entre todas este tiempo juntas, en una comunidad tan internacional nos ayuda a mantenernos en comunión con todo el mundo. Es una oportunidad para trabajar desde la multiculturalidad hacia una cultura claretiana que nos une e identifica.
Compartimos las noticias generales pero necesitamos darles una lectura de fe. La intentamos hacer. Lo hacemos con la Palabra y la liturgia Cuaresmal. Nos ayudan las redes sociales. No hay día que no aparezca una larga columna de meditaciones, cantos, comentarios, imágenes simbólicas, reportajes, etc. Algunos muy buenos, otros demasiado lejanos al mensaje evangélico que nuestro espíritu crítico debería ser capaz de cernir y no divulgar.
Concluyo con Papa Francisco: “El Señor nos interpela y, en medio de nuestra tormenta, nos invita a despertar y a activar esa solidaridad y esperanza…; El Señor se despierta para despertar y avivar nuestra fe pascual. Tenemos un ancla: en su Cruz hemos sido salvados.”
Deseando a casa una santa “Semana Santa”