
“¡Es la hora del amor!”
19 mayo 2025Ayer, 18 de mayo, fue un día importante para la Comunidad de Calandrelli. Varias hermanas (Catherine, Rizalyn, Liliane, Marissa y Beatriz), tuvimos la oportunidad de participar en la Eucaristía de inicio del ministerio petrino del Papa León XIV.
En una Plaza de San Pedro llena de color y alegría, miles de fieles procedentes de todos los lugares del mundo, esperaban con inquietud el inicio de la celebración.
Antes de la ceremonia, el Papa León XIV quiso saludar a los fieles y paso en papamóvil, por primera vez, entre los miles de presentes que allí estábamos y a lo largo de Via della Conciliazione. Aplausos, nervios, sonrisas, y muchos deseos de saludar y escuchar al nuevo Papa.
La solemne ceremonia comenzó dentro de la Basílica Vaticana, con una oración ante la tumba del Apóstol San Pedro, junto con los Patriarcas de las Iglesias Orientales. Desde allí, el Evangeliario, el Palio y el Anillo del Pescador fueron llevados en procesión hasta el altar en el atrio de la Plaza de San Pedro, mientras el coro entonaba la letanía de todos los santos.
Tras la proclamación del Evangelio, tres cardenales provenientes de distintos continentes se acercaron a León XIV para la entrega de las insignias episcopales “petrinas”: el cardenal Mario Zenari le impuso el Palio; el cardenal Fridolin Ambongo Besungu pronunció la oración invocando la ayuda del Espíritu Santo y el cardenal Luis Antonio Tagle le entregó el Anillo del Pescador.
La ceremonia continuó con el rito simbólico de la “obediencia”, rendido al Papa por representantes de todas las categorías del Pueblo de Dios, provenientes de varias partes del mundo: un obispo, un sacerdote; un diácono; dos religiosos: la hermana Oonah O’Shea, Superiora general de las religiosas de Notre Dame de Sion y presidenta de la UISG; y el presidente de la USG, el padre Arturo Sosa, SJ; una pareja de esposos y dos jóvenes.
A continuación, en su homilía expresó tres deseos:
- una Iglesia unida, que sea fermento para un mundo reconciliado;
- “¡Mirar a Cristo! ¡Acercarse a Él! ¡Acoger su Palabra que ilumina y consuela! ¡Escuchar su propuesta de amor para convertirse en su única familia! En el único Cristo, somos uno”
- “¡Es la hora del amor!”
Un Papa emocionado, que reconoció: “Fui elegido sin ningún mérito y, con temor y temblor, vengo a ustedes como un hermano que desea hacerse siervo de la fe y de la alegría”. Gracias, Papa León XIV.