“Así hice mi tan suspirada profesión”

27 agosto 2024

El 27 de agosto del 1855, en su profesión religiosa, Mª Antonia París sintió el gozo de algo tan esperado, buscado por mucho tiempo y por lo que había luchado largamente. Fue una experiencia muy especial, en continuidad con la ”experiencia Inicial”, que confirmó su carisma y vocación eclesial:

Al ponerme el Arzobispo la corona sentí un peso tan extraordinario en la cabeza que me la hacía inclinar, y naturalmente pesaba muy poco la corona por ser de flores muy finas. Admirándome yo mucho de aquel grande peso me dijo Nuestro Señor: “Este es hija mía el peso que carga sobre ti de la reformación de mi Iglesia”; Y me llamó tres veces “esposa mía” con grandísimo cariño, dándome a entender que me amaba mucho el Padre, y el Hijo y el Espíritu Santo. Y me dijo Nuestro Señor: “Hija mía: de aquí en adelante quiero estar sentado en medio de tu corazón” … Y quiso celebrarlo por ocho días conservando las especies sacramentales de una comunión para otra (RC 9).

Esta alta experiencia”, marcó sin duda el proceso de la   unión con la humanidad de Cristo que la transforma en una mujer esposa a la que confía los intereses de su Iglesia.

¿Qué podría significar hoy para cada una de las misioneras claretianas y quienes caminamos juntos la unión con la Humanidad de Cristo que nos transforma en mujeres y varones apostólicos a los que han sido confiados los intereses de la Iglesia?

En el contexto de la realidad Congregacional, social y eclesial que nos rodea, celebrar los 169 años de la profesión de María Antonia, renueva el compromiso de seguir apostando por la transformación pastoral y la reconciliación, sabiendo que es nuestra razón de existir, de orar, de obrar y misionar.

!Feliz fiesta a todos!

En estos días se está distribuyendo el texto María Antonia París amiga y compañera de camino.