
CORPUS CHRISTI
22 junio 2025El Corpus Christi no es simplemente que adoramos a Jesús eucaristía y que reconocemos su presencia entre nosotros a través del pan y el vino compartido. Es memorial de su pasión, de su fidelidad, de su coherencia a la misión encomendada. Es la entrega total y generosa por todos. Es la cena de la nueva familia que surge por el discipulado. Y es una cena donde no hay un cordero para cenar sino una vida para entregar. Contemplar a Jesús Eucaristía, nos lleve a vivir la pascua del servicio, de la generosidad, de la misericordia, de la fraternidad vivida y compartida.
Un sacerdote, en su homilía, contó a los fieles la parábola de un espejo “puedes mirarte en un espejo roto, pero tu cara no se rompe. Si tomas uno de los fragmentos y lo usas para reflejarte, siempre que la pieza aún se pueda usar, aún puedes ver tu rostro por completo. Lo mismo es cierto para el Cuerpo de Cristo que recibes. ¡La hostia que se rompe no rompe la esencia del Cuerpo y la Sangre de Cristo! Ya sea que recibas una hostia grande, una pequeña o incluso solo un pequeño fragmento, el valor sigue siendo el mismo: recibimos el Cuerpo de Cristo”.
Tu gracia no disminuye simplemente porque recibes un pequeño fragmento de la hostia, y la gracia del sacerdote no es mayor solo porque consume una hostia más grande del Cuerpo de Cristo. Si celebramos constantemente la Eucaristía, recibiremos su gracia multiplicada. Jesús multiplicó cinco panes y dos peces de la misma manera, Él multiplica la gracia de la Eucaristía que ustedes celebran.
Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
¡Oh, buen Jesús!, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme En la hora de mi muerte, llámame.
Y mándame ir a Ti.
Para que con tus santos te alabe. Por los siglos de los siglos.
Amén
