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EL VIAJE DE LA HEROÍNA
24 febrero 2025Del 10 al 12 de febrero Sara Ferreras, coach, quien nos ha invitado a realizar el viaje de la heroína”; metáfora que nos invita a vivir despiertas. Nuestro viaje comenzó con actividades que nos ayudaron a entrar en nosotras mismas y conocer nuestra llamada profunda; llamada que siempre es a crecer, a aportar, a devolver algo de nosotras mismas al mundo.
Al ir entrando en esta dinámica descubrimos que la llamada es ayudar a construir, a colaborar con Dios, a realizar la misión que Dios ha confiado en cada una y cada una tiene la responsabilidad para decidir y responder “sí o no” a esta llamada. Entonces tomamos conciencia de que en nuestro viaje muchas veces, hemos dicho “NO” a la llamada. Esta negación significa “Rechazo”, para rechazarla utilizamos ideas y creencias que nos hacen repetir frases como estas: “no puedo”, “no tengo tiempo”, “alguien es mejor que yo”, “no me gusta”, “no tengo confianza”, “así soy yo”, …, y así, decidimos continuar en la zona de confort. Por lo tanto, nos damos cuenta de que muchas veces no hemos escuchado la llamada interior porque tenemos miedos, diversas inconsistencias que nos paralizan.
Fue tiempo oportuno para tomar conciencia de las veces que habíamos rechazado las oportunidades de decir “sí” a la llamada, sentimos decepción con nosotras mismas y avergonzadas con Dios por no haber aceptado su gracia, por dudar de toda la bondad y confianza que ÉL ha puesto en nosotras, y por no creer en nosotras mismas. Lo que nos lleva a comprender que, además, llevamos una herida interior que hace que nos encerremos en nuestro yo y nos quite la posibilidad de valorar y reconocer las oportunidades recibidas para decir “sí” a la llamada.
Para sanar esta herida fuimos invitadas a ayudarnos unas a otras, dos compañeras hacían las veces de nuestros padres y conversamos con cada uno y así pudimos “expresar nuestra gratitud a ellos por la vida que nos dieron,” pedimos perdón y nos perdonamos mutuamente, y al final cada una tomado nuevamente la decisión de comprometerse con su llamada, cuidarla y ponerla al servicio de la humanidad.
Luego fuimos invitadas a “Cruzar el Umbral”. Para este momento debíamos tomar la decisión de responder a la llamada y comprometemos con nuestro viaje aceptando que es algo nuevo, desconocido, desafiante, pero que estamos dispuestas a empujar los limites exteriores de la zona de confort y asumir el riesgo y la novedad que se nos presenta con honestidad y transparencia en nuestro viaje de hacer realidad la llamada que cada una ha recibido para colaborar con Dios en su misión de amor.
Para emprender este viaje se nos dio la posibilidad de experimentar que no estamos solas, que hacemos camino con otros, Dios siempre está en cada una, además, tenemos familias, hermanas de Congregación y que juntas podemos superar los obstáculos que se presentan en el viaje. Por lo tanto, podemos decirnos: “soy capaz”, “creo en mi misma”, “tengo confianza”, “lo haré” “Dios me acompaña” …
Es bonito saber que en nuestra historia vocacional se abren nuevas oportunidades para vivir en plenitud la llamada de misioneras claretianas.
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