Una nueva escuela es una nueva esperanza: Centro Saint Claret, Ankarana, Madagascar

19 septiembre 2024

John Dewey escribió en su texto de 1916 sobre Democracia y Educación: “La educación es un proceso social. La educación es crecimiento. La educación no es una preparación para la vida, la educación es la vida misma”

En la compleja realidad de esta pequeña aldea de Ankarana, y de otras aldeas de Madagascar, promover y establecer la educación es de suma importancia. Muchos niños no pueden asistir a la escuela debido a la pobreza; apenas pueden permitirse comer una vez al día, o incluso nada. Muchos de ellos sufren desnutrición, enfermedades y problemas en la piel.

En respuesta a esta dura realidad, el equipo misionero, siguiendo las sugerencias y aportaciones del obispo sobre la importancia de la educación y la formación en la fe en esta diócesis, finalmente pusimos en marcha un nuevo centro de educación no formal aquí en Ankarana, bajo el patrocinio de San Claret: una guardería y un preescolar para niños de entre 5 y 7 años. Contratamos a dos personas como profesores y a una señora como cocinera. Los profesores no tienen estudios superiores; son graduados de secundaria y bachillerato. Mientras tanto, la hermana Helmy les está ayudando con el diseño del programa de estudios, la planificación de las lecciones y la preparación del material didáctico, además de animarlos durante las sesiones. Aunque son nuevos en la enseñanza, su paciencia y ganas de aprender son la base de un trabajo fructífero.

Dimos prioridad a los niños católicos de escasos recursos, y las plazas restantes quedaron abiertas para los no católicos. Inicialmente se inscribieron 50 niños, pero tras el proceso de inscripción, en el cual se implementaron requisitos, normas y reglamentos, finalmente 46 niños participaron en la Misa del Espíritu Santo y en el primer día de clases. Ofrecemos almuerzo todos los días después de las clases.

Los padres contribuyen con leña para cocinar, limpian la zona escolar en grupos una vez por semana y aportan 10 tazas de arroz al año, las cuales entregan dos veces al año, durante la época de cosecha. Además, pagan la mitad del costo de los uniformes de sus hijos, con el fin de concienciarlos sobre su papel en la educación de los pequeños.

También tenemos otro programa destacado para este nuevo año escolar: las becas para 20 personas. Los becados fueron seleccionados entre los niños y jóvenes más activos de la parroquia. A los alumnos de primaria se les proporciona material escolar, mientras que a los de secundaria se les cubre la mitad del importe de la matrícula, tres veces al año. Estos estudiantes deben repasar por la tarde en el salón parroquial las materias que han aprendido durante el día. Esta iniciativa surgió porque no pueden estudiar en casa por la noche, principalmente debido a la falta de luz. Además, se les exige mantener un buen rendimiento académico y mostrar entusiasmo por estudiar y repasar sus lecciones.

Gracias por todo vuestro apoyo, y seguid rezando por nosotros para que la educación se convierta en una parte esencial de la vida de la gente de Ankarana, especialmente de los más pobres.

En estos días se está distribuyendo el texto María Antonia París amiga y compañera de camino.