Amando hasta el extremo

6 abril 2023

Jueves Santo es el día del amor, la humildad, la adoración y el servicio.

El amor manifestado en el dar la vida, en el compartir la comida fraterna, el quedarse en la Eucaristía.

El Señor Jesús quiere permanecer con nosotros en la Eucaristía. Nosotros nos convertimos en ‘tienda’, en morada suya. Este es el misterio del pan y del vino, del Señor con nosotros, en nosotros, dentro de nosotros. (cf. Papa Francisco. Jueves Santo 2020)

Jesús, el Maestro y Señor, se abaja, se humilla como siervo al lavar los pies a sus discípulos. Es signo de amor y de servicio sin límites. Lava los pies curando del egoísmo, dureza de corazón, envidias, frustraciones, incomprensiones, tristezas que destruyen lentamente. Jesús cura transformando por dentro, abriendo el corazón al Amor de Dios y del prójimo e invitando a compartir la mesa fraterna en su Reino.

“Estando un día delante del Santísimo Sacramento me vino mucho recogimiento interior y quedé como fuera de mí admirándome en gran manera del infinito amor de Dios hacia los hombres, en dejarse en el Santísimo Sacramento” (María Antonia París, Diario 25).

“En el día 26 de agosto de 1861, hallándome en oración en la Iglesia del Rosario, en La Granja, a las 7 de la tarde, el Señor me concedió la gracia grande de la conservación de las especies sacramentales y tener siempre, día y noche el Sacramento en el pecho; por lo mismo, yo siempre debo estar muy recogido y devoto interiormente; y además debo orar y hacer frente a todos los males de España, como así me lo ha dicho el Señor. Al efecto me ha traído a la memoria una porción de cosas: cómo sin mérito, sin talento, sin empeño de personas, me ha subido de lo más bajo de la plebe al puesto más encumbrado, al lado de los reyes de la tierra; y ahora al lado del Rey del cielo…” (Antonio María Claret, Aut. PC 694).

En estos días se está distribuyendo el texto María Antonia París amiga y compañera de camino.