Finalización del encuentro de la comisión Caminar Juntos

Se ha finalizado esta ardua semana de trabajo y con ella vienen a la mente una incontable cantidad de recuerdos, vivencias, aprendizajes y anhelos.

Hemos caminado juntos como comisión tratando de seguir con fidelidad las enseñanzas de Jesús y aceptando con gratitud su llamado a ser Apóstoles misioneros, llevando a todo el mundo el Evangelio y procurando aportar en algo, a la renovación de la Iglesia, teniendo como luz y guía la vida misma de nuestros fundadores, quienes nos han precedido en este camino.

Hemos experimentado la comunión como gracia especial del Espíritu y retornamos a nuestras comunidades con la esperanza de mantener vivo este proceso. Asumimos el llamado de Jolanta, superiora general, a ser portadores del Evangelio, desde nuestra particular vocación: laicos y religiosas juntos, por la construcción de un Reino de justicia y fraternidad, haciéndonos unos a otros, fácil el mismo camino.

Vale la pena mencionar, que Roma se ha quedado grabada en nuestros corazones y mentes, no sólo por ser una joya de la historia de la humanidad, sino porque hemos recorrido, con memoria agradecida los caminos recorridos por Claret en su paso por la ciudad eterna.

Ésta, en definitiva, es una experiencia invaluable; hay rostros de muchos otros hermanos y hermanas, que aceptando el mismo llamado de caminar juntos, entregaron alma, vida y corazón en la construcción de este proceso.

Gracias a ellos, se va dando respuesta al objetivo de concretar un itinerario de formación espiritual para laicos y religiosas desde nuestro carisma claretiano, en apertura a los otros carismas que, derramados en la iglesia, apuestan a ser copia viva de los primeros apóstoles dando “click” al corazón de cada uno a favor del bien de la humanidad.

Damos gracias, Dios por tanto bien recibido y por el anhelando de cumplir el sueño de María Antonia Paris de construir una sola familia y un solo corazón.