Inaugura el “tiempo nuevo”

27 noviembre 2021

Junto al evangelista Lucas estrenamos este tiempo de Adviento, de gracia y esperanza. El lenguaje de este texto (Lc 21,25-28.34-36), sorprendente e inquietante, nos asegura que la salvación de Dios se abre paso entre los vaivenes de la historia. Esta certeza implica un enorme compromiso para los creyentes.

El discurso de Jesús es apocalíptico y adaptado a la cultura de su tiempo. En nosotros también existe la angustia, el miedo y el espanto causadas por diversos agentes externos e internos, pero aun así ¡la liberación llega!

Lejos de infundir miedo, Lucas presenta este acontecimiento como buena noticia. Jesús es el Salvador, y su llegada supondrá la liberación definitiva, la plenitud del reinado de Dios (Lc 21,31). La actitud de vigilancia a que nos invita el adviento es estar alerta a descubrir el “Cristo que viene” en las situaciones actuales, a reconocerlo y junto a Él afrontarlas como proceso necesario de una liberación total que pasa por la cruz.

¿Qué podemos hacer? “Estar despiertos y orar”, porque este Espíritu de libertad y liberación se descubre con una Esperanza viva, punto de encuentro entre las promesas de la fe y los signos precarios que hoy envuelven esas promesas. La esperanza es memoria que tiende a olvidarse; se nutre con la oración, nos adhiere a las promesas de la fe y nos inspira, cada día, en la búsqueda de sus huellas en las señales del tiempo.

En estos días se está distribuyendo el texto María Antonia París amiga y compañera de camino.