Y DIOS sigue viniendo…
30 diciembre 2021Compartir Navidad y algunos días previos con las hermanas de la comunidad de Paraná (Luisa Emilia, Ana María y Silveria) me ha permitido vivir “esta venida de Dios Niño” de un modo diferente.
En Villa Mabel (un barrio en los márgenes de la ciudad de Paraná) Ana María Cappelletti junto a miembros de Cáritas, catequistas y jóvenes de la parroquia organizaron una representación del pesebre por el barrio y seguidamente en la plaza se celebró la eucaristía con la participación de un buen grupo de niños y familias, junto a los P. Jorge y Gustavo. ¡El gozo y asombro de los niños al recibir juguetes y golosinas siempre es un momento casi mágico!
El 24, compartimos como comunidad la misa y mesa navideña con un grupo de jóvenes y adultos que se encuentran en proceso de recuperación de adicciones. Junto a su director Jorge, forman una familia que podría describir en pocas palabras: camino de dignidad, acompañamiento, espiritualidad y hermandad. Personas que luchan día a día en la Casa Lázaro (sal fuera…sal de la muerte) por recuperar el sentido más hondo del regalo de Dios que es la Vida y la dignidad personal. Y Jesús, que viene por cada uno a salvarnos, porque nos ama, nos viene a recordar en esta Navidad que también Él nació frágil, vulnerable y en un establo con y para los animales. Y ese Niño, vino a traernos la luz, si le dejamos entrar.
Y hubo regalos… sí… una mesa larga, de amigos y la comida hecha en casa, preparada con esmero, vestidos de fiesta, con la cabeza en alto, la sonrisa espontánea, y la palabra “hermano” la más repetida, oliendo a familia (tal vez la primera en muchos años), la visita de algunos que ya “salieron” de la casa para regresar a sus hogares y el agradecimiento a flor de labios por estar ahí… porque las hermanas también “salimos” hacia el otro que necesita simplemente que con tu presencia le digas: existes para mí y sabes, en ti (en vos) ha nacido el Niño Dios para mí.
Ana María Mandrile