El misterio de María Inmaculada nos abre al gozo y a la esperanza (cf. Const. 9)

7 diciembre 2020

Estas palabras no sólo ponen de manifiesto el misterio de María, Mujer vestida de Sol, madre y patrona de la Congregación, sino también parece que esconden una “tarea”: María Inmaculada nos abre.

Su misterio nos abre… Abre superando la desconfianza y miedos. Nos hace permeables, confiadas y dispuestas a todo lo que Dios es capaz de hacer en la Creatura, cosas inimaginables, increíbles, inauditas… “Si los hombres confiaran en mí, entonces conocerían lo que hago por ellos” (Aut. MP 43).

Nos abre al gozo, porque nos ayuda a descubrir dónde se hace fecunda la fe, la abundancia de su gracia que nunca nos falta. La alegría verdadera es fruto de un Dios que nos habita y siempre actúa; no es resultado de un bienestar egoísta o de satisfacciones pasajeras. El gozo es un don, un regalo que se convierte en canto y bendición, se contagia…aun en medio de las dificultades y sufrimientos. “Dios Nuestro Señor…siempre me da la alegría a medida de los trabajos que por su amor padezco” (Diario 40).

El misterio de María Inmaculada nos abre a la esperanza. Una virtud que se esconde pero que en este tiempo resuena como estribillo en las conversaciones, oraciones y deseos… María nos acompaña en la espera porque sabe de las promesas y de las expectativas cumplidas. “María Inmaculada, Tú eres, después de Jesús, fruto bendito de su vientre, toda nuestra esperanza” (AM Claret, Carta Pastoral de la Inmaculada).

Que, a pesar de las dificultades que viven hoy tantas personas, podamos celebrar la Fiesta de nuestra Madre con esperanza y alegría.

Nos deseamos una feliz Fiesta de la Inmaculada, extendida a todas las comunidades, centros apostólicos, colaboradores, amigos, alumnos, familias…

¡Ábrenos, María, más y más, al gozo y a la esperanza!

¡Feliz día de María Inmaculada!

En estos días se está distribuyendo el texto María Antonia París amiga y compañera de camino.