Restaurar nuestro rostro y nuestro corazón de cristianos

5 marzo 2019

Esta es la llamada para comenzar la Cuaresma.

En este mundo la armonía generada por la redención está amenazada, hoy y siempre, por la fuerza negativa del pecado y de la muerte.

Sin embargo, el camino hacia la Pascua, con el Evangelio en la mano, nos llama precisamente a restaurar nuestro rostro y nuestro corazón de cristianos, mediante la conversión y el perdón, para poder vivir toda la riqueza de la gracia del misterio pascual.

Esta “impaciencia”, esta expectación de la creación encontrará cumplimiento cuando los cristianos y todos los hombres emprendan con decisión el “trabajo” que supone la conversión. (cf. Mensaje de Francisco para la Cuaresma 2019)

En este camino nos ilumina la contemplación de la Pasión de Cristo, que se prolonga en el sufrimiento del mundo. (Cf. Dir. 88)

Nos recogemos, nos concentramos, nos callamos un poco más, escuchamos y nos confrontamos con Él.

En estos días se está distribuyendo el texto María Antonia París amiga y compañera de camino.